El infarto agudo de miocardio se define como un cuadro clínico producido por la muerte de una porción del músculo cardíaco que se produce cuando se obstruye completamente una arteria coronaria. Cuando se produce la obstrucción de la arteria, se suprime el aporte sanguíneo. Si el músculo cardíaco carece de oxígeno durante demasiado tiempo, el tejido de esa zona muere y no se regenera.
Para que el corazón funcione correctamente, la sangre debe circular a través de las arterias coronarias. Sin embargo, estas arterias pueden estrecharse dificultando la circulación. Si el corazón se expone a un sobreesfuerzo pueden aparecer trastornos y formarse un coágulo que a su vez puede tapar una arteria semiobstruida. Esta obstrucción interrumpe el suministro de sangre a las fibras del músculo cardiaco. Al dejar de recibir sangre, estas fibras mueren de forma irreversible.

Síntomas del Infarto Agudo de Miocardio

El infarto agudo de miocardio se manifiesta en el paciente con dolores o presión en la zona torácica, sensación de agotamiento, cansancio, mareos y dolor o calambres en el brazo izquierdo. Estos dolores no ceden aunque la persona se mantenga en reposo.

Los síntomas habituales son: dolor torácico intenso y prolongado que se percibe como una presión intensa y que puede extenderse a brazos y hombros (sobre todo izquierdos), espalda e incluso dientes y mandíbula. El dolor se describe como un puño enorme que retuerce el corazón.

Autocuidado

El riesgo de padecer un infarto puede evitarse siguiendo algunas pautas de vida saludable entre las que destacan:
-Evitar el cigarrillo
-Llevar una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres y cereales
-Realizar actividad física 3 veces por semana como mínimo
-Evitar el consumo de alcohol

Exámenes

Recibir atención de urgencia especializada y someter al paciente a un electrocardiograma.