La kinesioterapia neurológica se enfoca en recuperar las funciones que se ven afectadas tras un padecimiento que afecta al sistema nervioso. Ejemplo de ellos con el ictus, o enfermedad cerebrovascular, que consiste en una alteración brusca de la circulación cerebral, popularmente se les conoce con diversos nombres: apoplejía, derrame cerebral, hemorragia cerebral, embolia cerebral, trombosis, infarto cerebral, etc.

Los ictus pueden ser de dos tipos: isquémico y hemorrágico. Las consecuencias de estos dependerán de cada persona y del área que se vea dañada.

El ictus isquémico se produce cuando la llegada de la sangre a distintas partes del cerebro se ve afectada, esto generalmente se debe a un coágulo. Cuando esto ocurre, las células del área afectada mueren debido a la falta de oxígeno.

En el caso de los ictus hemorrágicos, éstos consisten en la rotura de arterias debido, principalmente, a la elevación de la presión arterial o por malformaciones previas, razones por las cuales la sangre se filtra por el cerebro causando daños.

Tratamiento y recuperación

Las consecuencias que una enfermedad cerebrovascular puede ocasionar en la rutina de una personas son incalculables. El sistema nervioso es lo que controla cada músculo del cuerpo y por lo tanto si algo lo afecta la etapa de rehabilitación es fundamental.

En estos casos la kinesioterapia neurológica juega un rol muy importante debido a que con estos padecimientos suelen producirse alteraciones del movimiento, sensibilidad, el habla, la visión y emociones, sólo por mencionar algunas.

El profesional deberá realizar una evaluación para determinar en qué aspectos mantiene deficiencias el paciente y en base a ello se diseñará un plan de trabajo que buscará la rehabilitación, la idea es que el paciente recupere el control de su cuerpo y la independencia de movimiento que pudo perder durante el accidente cerebrovascular.

El tiempo de recuperación dependerá de las condiciones propias de cada persona, en ella influyen otros factores importantes como es la edad, los factores de riesgo y el estado general del paciente. Entre los problemas que se pueden tratar durante esta etapa de rehabilitación se encuentran:

  • Alteraciones del movimiento y de la coordinación
  • Alteraciones del tono muscular
  • Alteraciones del control postural y del equilibrio
  • Incapacidad para caminar
  • Alteraciones sensitivas
  • Trastornos cognitivos
  • Alteraciones de la función pulmonar