Hemos hablado de los múltiples beneficios que la kinesiología posee para tratar diversas enfermedades, tanto en materia de recuperación post tratamientos, como en la prevención de ciertas patologías que pueden resultar luego de sufrir, por ejemplo, un accidente cerebrovascular.

Pero otra de las aristas que tienen los tratamientos kinesiológicos es el post-operatorio. Y es que toda intervención quirúrgica tiene sus complicaciones y puede dejar secuelas graves si no se realiza un completo trabajo kinesiológico de recuperación.

Durante el embarazo se da una situación bastante especial en el cuerpo de la mujer, los cambios hormonales son muchos, y también los cambios físicos. En el periodo de gestación se sube entre un 30 por ciento y 40 por ciento de peso, una situación que sin duda generará algunas molestias, pero estas pueden ser menor es si te sometes a una terapia kinesiológica supervisada.

A modo de ejemplo, podemos mencionar que una de las alteraciones más comunes durante el embarazo es el dolor lumbar, alrededor del 50% de las mujeres sufren de dolor lumbar (espalda baja), y un 25% de dolor pélvico, además se cambia la postura corporal, se producen desbalances en la musculatura abdominal, se irritan las fibras nerviosas, entre otros.

¿Cómo combatir estas molestias?

Mientras algunas, ante este tipo de dolencias, optan por el reposo, otras se dedican a trabajar con ejercicios específicos sus dificultades. Y es que mientras el reposo no sea una exigencia del especialista, lo mejor es seguir ejercitándose.

Lo que se debe trabajar es la zona lumbopélvica, para ello se realizan ejercicios de estabilización que buscan un adecuado control motor para alcanzar la óptima estabilización de su zona abdominal, lumbar y pélvica.

Este tipo de ejercicios trabajan el músculo transverso del abdomen, que es el que estabiliza la zona trabajando en conjunto con la musculatura del piso pélvico y ambos juegan un rol fundamental en la continencia ( de orina y heces), así como en el parto.

Trabajando esta musculatura la mujer podrá:

  • Reducir en forma significativa el dolor.
  • Aumentar la capacidad funcional de su cuerpo.
  • Mejorar la calidad de vida.
  • Una mejor recuperación postparto, recuperando con facilidad su postura previa al embarazo.

El trabaja kinesiológico durante el embarazo no sólo puede enfocarse en sobrellevar las molestias, también puedes emplearlo de modo preventivo, es decir ponerte bajo supervisión especialista antes de sufrir las molestias físicas. El periodo de embarazo es una buena oportunidad para iniciarse con una rutina de ejercicios y para continuar, en forma adaptada, la que se tenía antes de quedar embarazada.