En el desarrollo de los niños, desde su primer minuto de vida, es fundamental el lazo afectivo que entablan con sus progenitores. Para ser justos, hay que decir que este lazo empieza a gestarse desde que los bebés se encuentran en el vientre de la madre, pero no sólo se establece con ella, sino también con el padre si se mantiene una comunicación con el nonato.

Para la madre el lazo afectivo es más que una cuestión de sensaciones, el cerebro, a medida que se acerca el momento del parto, libera una hormona llamada oxitocina que tiene el denominado instinto maternal a flor de piel.

Cada llanto y pataleta de los menores es una clara muestra del lazo que se está creando con sus padres, de la confianza que le tienen y del cariño entre ambos. Con el paso del tiempo ese cariño se va transformando y se manifiesta de diversas maneras.

Una forma de potenciar el lazo afectivo entre las partes es pasar la mayor cantidad de tiempo posible con su bebé, sin embargo, y como en la mayoría de los casos, la calidad del tiempo es lo importante. Realizar ciertas actividades que vayan en directo beneficio de los pequeños es una buena manera de fortalecer ese amor innato que se da entre madre, o padre, y su hijo.

Ayuda de la estimulación temprana

Los ejercicios de estimulación temprana ayudan a favorecer esta relación, ya sea del padre o de la madre, con el pequeño. La relación consiste en un un lazo emocional intenso que se genera entre ambas partes y que con el paso de los años se va potenciando, de la mano con el aprendizaje.

Durante los primeros tres años de vida el pequeño desarrolla gran parte de lo que será su cerebro de adulto, en donde se alojan los sistemas y estructuras que manejan, por el resto de su vida, las funciones conductuales, emocionales sociales y fisiológicas.

En la aplicación de técnicas de estimulación temprana, mediante los juegos y ejercicios, se busca desarrollar ciertas habilidades del niño lo que es una excelente oportunidad para que éste profundice en sus lazos de afecto y confianza con su madre o padre. He allí la importancia de que los progenitores aprendan a llevar a cabo estas técnicas, instruidos por un profesional.

Si las madres tienen poco tiempo para disfrutar de sus hijos, este tipo de actividades son cruciales, ya que no sólo estarán pasando un grato momento juntos, sino que además se estará fomentando el desarrollo del pequeño con actividades y ejercicios que le ayudarán a mejorar tanto su sistema psicomotor como cognitivo y afectivo.