Para los padres el cuidado y bienestar de sus hijos es un aspecto fundamental, es por ello que deben informarse e instruirse respecto de las acciones que pueden ayudarle a mejorar ciertas capacidades de los pequeños. Para ello existen técnicas de estimulación temprana que son sencillas de realizar y se adaptan a las situaciones cotidianas de la relación madre o padre/bebé.
La estimulación temprana lo que hace es contribuir al desarrollo de los niños y se pueden aplicar a cualquier edad. Sin embargo, el aporte mayor se da en los primeros meses de vida del pequeño y se debe iniciar con un aspecto tan fundamental como el desarrollo psicomotor.
En este aspecto una de las primeras tareas es estimular el movimiento de la cabeza, esto será de suma importancia para tu pequeño (a) puesto que le habilita para sentarse, gatear y voltear, así como todo lo que tenga relación con sus movimientos corporales.
Para cada etapa de vida de tu hijo existen diferentes técnicas que se pueden aplicar pensando en determinados aspectos de su desarrollo.
Un recién nacido, por ejemplo, no tiene la fuerza para levantar su cabeza, pero esta es una habilidad que irá desarrollando, con tu ayuda, para que en los primeros diez meses ya tenga un gran control sobre ella.
Algunas acciones que puedes llevar a cabo para incentivar el desarrollo de esta habilidad son:
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Llamar su atención utilizando objetos ruidoso y/o llamativos.
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Ponerlo boca abajo, con sus piernas flexionadas hacia adentro, y hacerle masajes suaves hacia los lados de la columna, debes iniciar en el cuello y bajar hasta la cadera.
Considerando que los bebés son sensibles y suelen aburrir con facilidad, la idea es que los padre vayan variando respecto de las técnicas que utilizan para su estimulación. Para ello, y antes de experimentar cualquier ejercicio con su hijo (a), es necesario que solicite asesoría especializada en estimulación temprana.
Además, es posible que algunos niños presenten dificultad para controlar su cabeza, hay que tener en cuenta que cada uno funciona en forma diferente. Ante ello lo que puedes hacer, por ejemplo, es acostarlo sobre la cama y levantarlo suavemente por los hombros hasta que su cabeza cuelgue un poco, luego bájalo.
Si notas que el pequeño no avanza en cuanto a dar firmeza a su cuello y sostener su cabeza, no repitas los ejercicios para evitar provocarle alguna lesión, en esos casos es solicitar al especialista que recomiendo otros ejercicios, más suaves.
Es importante señalar que las técnicas de estimulación temprana no tienen como finalidad el desarrollo acelerado del pequeño, es por eso que para cada etapa de su desarrollo existen técnicas diferentes, éstas se van adaptando a sus avances y sólo se enfocan en desarrollar el potencial individual de cada uno.