A estas alturas del año todos somos muy conscientes de lo importante que es mantenerse hidratado: lo hemos leído, visto y oído en los medios de comunicación. Sin embargo, la hidratación no es solo cosa del verano, pues, es algo de fundamental importancia para nuestra salud durante todo el año.
Beber agua es un ejercicio y un hábito que debemos practicar y mantener en el tiempo. Esto, porque cada vaso que consumimos, además de quitarnos la sed o aliviar el calor, también ayuda a nuestro organismo a funcionar mejor.
Estar hidratados le trae a nuestro cuerpo, trae numerosos beneficios, entre los que podemos destacar:
- Mantiene nuestras células nutridas y oxigenadas
- Ayuda a eliminar desechos de nuestro organismo
- Protege y amortigua nuestros órganos vitales
- Mantiene la lubricación de nuestras articulaciones
- Funciona como termorregulador
- Permite el funcionamiento óptimo de nuestros sentidos
- Ayuda a mantener nuestra concentración y mejora nuestro estado de ánimo
- Ayuda a pensar con mayor claridad
Nuestro cuerpo necesita hidratación, ya que a diario pierde parte de su porcentaje de agua. Esto se debe a que cada una de las funciones de nuestro organismo, como respirar o transpirar, hace que disminuyan nuestras reservas del vital elemento.
Cómo mantenerse hidratados
Aumentar nuestro consumo de agua puede ser más fácil si tomamos en cuenta algunos sencillos consejos y los incorporamos en nuestro día a día.
- Bebe un vaso de agua al despertar
- Mantén a la mano una botella con agua y bebe pequeños sorbos durante el día
- Evita consumir bebidas con cafeína o alcohol, ya que facilitan la deshidratación
- Aumenta el consumo de verduras de hojas verdes y frutas
- No esperes a tener sed para beber agua
- Pon atención a tu organismo, muchas veces puedes tener la sensación de hambre, pero en realidad es sed.
¿Cuánto líquido debo beber para mantenerme hidratado?
Depende, ya que la cantidad varía en función de la persona, su edad, su dieta, su nivel de actividad y de las condiciones ambientales, entre otros factores. Por ello no es fácil determinar la cantidad exacta de agua que debe ingerir una persona. Sin embargo, sí que existen unos valores de referencia establecidos:
- Los niños tienen riesgo de sufrir deshidratación por varios motivos. El primero es que su sistema inmunitario está desarrollándose y son más proclives a presentar, como ejemplo, diarrea o gastroenteritis, con su correspondiente pérdida de líquidos. El calor y la sequedad ambiental les afecta más y no menos importante es que en esas edades la sensación de sed no está aún desarrollada al 100%. Beber a poquitos, pero durante todo el día les ayudará a mantenerse bien hidratados y evitar problemas.
- Los ancianos y las personas mayores también tienen riesgos de sufrir una deshidratación moderada o prolongada, pues no son conscientes muchas veces de lo importante que es refrescarse y beber líquidos de forma más o menos recurrente durante el día, bien porque también tienen una menor percepción de la sed o bien porque sufren algún tipo de enfermedad que afecta a sus niveles hídricos. Igualmente, se recomienda un consumo de poca cantidad pero durante prácticamente todo el día.
- Una mujer u hombre adultos de entre 20 y 70 años deben consumir por lo general 2 litros y 2,5 litros de agua respectivamente. Si realizan ejercicio o deporte, deberán ingerir la cantidad proporcional a la pérdida de agua que dicha actividad conlleve. Si se corre o pasea, lo ideal es ingerir un par de vasos de agua (0,5 litros) media hora antes de empezar con la actividad.
- Y por último, destacar que las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia también presentan un riesgo de deshidratación mucho mayor, ya que las necesidades del bebé y los requerimientos nutriciones de la madre cambian y se amplifican.
Cómo identificar la deshidratación
La falta de agua en nuestro organismo puede tener su origen en diversas situaciones, ya sea porque olvidamos, beber suficiente agua, enfermedad, ejercicios de alta intensidad, entre otros.
Sin embargo, nuestro cuerpo es capaz de manifestar cuando necesita o le hace falta agua, por lo que debemos prestar atención a los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza
- Sequedad en la boca
- Piel seca y fría
- Orina de aspecto oscuro
- Calambres musculares
Cuando se producen cuadros de deshidratación severa a estos síntomas debemos sumar:
- Orina oscura
- Piel agrietada
- Irritabilidad
- Mareos
- Delirios, apatía, shock
Frente a casos de deshidratación leve o moderada, es recomendable restituir los niveles de hidratación a través del consumo de bebidas isotónicas, agua, infusiones o jugos de fruta. Recuerda que se deben beber pequeños sorbos de líquido para evitar cualquier tipo de reacción adversa.
En casos de deshidratación grave es recomendable acudir a un servicio de urgencia para una revisión completa del funcionamiento del organismo, además de la administración de líquidos a través de una vía endovenosa
El agua no solo sirve para quitarnos la sed, también cumple una serie de funciones importantísimas en nuestro organismo. La poca costumbre de mantenernos hidratados o simplemente olvidar tomar agua, a largo plazo, puede tener diversas consecuencias en nuestro cuerpo.
Referencias:
- https://www.hospitaldeltrabajador.cl/detalle-noticia/2019/la-importancia-de-la-hidratacion-en-el-cuerpo-humano
- https://www.normon.es/articulo-blog/la-hidratacion-y-su-importancia-para-nuestro-organismo
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