El paso del tiempo puede generar estragos en la condición física de nuestros adultos mayores, además las enfermedades crónicas pueden también ir en desmedro de ellos.

Es por eso por lo que durante los últimos años se ha empezado de hablar de fragilidad.

La fragilidad física es definida, según el último consenso desarrollado por diferentes entidades destinadas al estudio del envejecimiento, como «un síndrome médico con múltiples causas y factores que contribuyen a su desarrollo, caracterizado por la disminución de la fuerza, resistencia y funciones fisiológicas reducidas que aumentan la vulnerabilidad de un individuo en el desarrollo de la dependencia funcional y/o su muerte» 

La fragilidad en las personas mayores no es simplemente una consecuencia natural del envejecimiento. Se considera un síndrome clínico complejo que involucra una disminución en la reserva fisiológica y la capacidad de adaptación del cuerpo. Algunos adultos mayores pueden sufrir una serie de cambios físicos y funcionales que los hacen más susceptibles a lesiones, enfermedades y una disminución de su bienestar.

Debido al aumento de la población de adultos mayores, se prevé un aumento en la tasa de hospitalización. Los adultos mayores frágiles, son quienes presentan con mayor frecuencia desenlaces adversos en salud como pérdida de la funcionalidad, readmisión hospitalaria y mortalidad.

Algunos de los signos y síntomas comunes de la fragilidad en el adulto mayor, son:

  • Pérdida de peso no intencional. Cuando esto ocurre, particularmente una reducción de masa muscular, puede ser un indicador de fragilidad en las personas mayores.
  • Debilidad muscular. La debilidad generalizada, especialmente en las extremidades, puede afectar la movilidad y la capacidad funcional en personas de la tercera edad.
  • Fatiga y agotamiento rápido. Los adultos mayores pueden experimentar una fatiga extrema y un agotamiento inmediato incluso con actividades cotidianas simples.
  • Riesgo de caídas y fracturas. La fragilidad puede aumentar el riesgo de caídas y fracturas. Esto puede derivar en complicaciones físicas y una disminución de la calidad de vida.

Como prevenir la fragilidad en personas mayores

  • Promover una dieta equilibrada: Una alimentación saludable y equilibrada, rica en nutrientes como proteínas, vitaminas y minerales, puede ayudar a prevenir la fragilidad nutricional y promover la salud ósea y muscular.
  • Actividad física regular: El ejercicio regular, adaptado a las necesidades y capacidades individuales, guiados por un profesional kinesiólogo ayuda a fortalecer los músculos, mejorar la resistencia y mantener la movilidad en las personas mayores.
  • Realizar revisiones médicas periódicas: mantener controles médicos al día pueden ayudar a detectar problemas de salud que puedan estar provocando la fragilidad.
  • Fomentar la participación social: Mantenerse activo socialmente puede ayudar a prevenir la fragilidad mental en las personas mayores.
  • Mejorar la seguridad en el hogar: Mejorar la iluminación, colocar pasamanos y eliminar obstáculos puede reducir el riesgo de caídas en el hogar.
  • Mantener una rutina de sueño saludable: El sueño adecuado y reparador es crucial para mantener la salud y prevenir la fragilidad en las personas mayores.

Referencias

  1. https://www.quironsalud.com/blogs/es/llenar-vida/referimos-hablamos-fragilidad-adulto-mayor
  2. https://emera-group.es/noticias/fragilidad-en-el-anciano-que-es-y-como-prevenirla/
  3. https://etesa-sbe.minsal.cl/wp-content/uploads/2020/08/PB_Intervenciones-destinadas-a-prevenir-retrasar-o-disminuir-el-grado-de-fragilidad-de-adultos-mayores-a-nivel-hospitalario.pdf

 

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