Mycoplasma Pneumoniae Infecciones Respiratorias de Verano
Si bien el invierno se caracteriza por la circulación de diversos virus, responsables de distintas infecciones respiratorias (como resfrío común, faringitis, laringitis, bronquitis, neumonía); el verano no está libre de estos agentes, siendo el Mycoplasma Pneumoniae uno de los más habituales.
Se trata de una bacteria pequeña, intracelular y sin pared, lo que le permite adquirir diferentes formas. Su reservorio natural es el ser humano, ya que sobrevive pocos minutos en el medio ambiente.
Habitualmente, esta enfermedad se manifiesta con cefalea, dolor de garganta, malestar generalizado, fiebre y tos seca.
Respecto a la patología causada por esta bacteria, la infección puede ser asintomática hasta en 20% de las personas, sin existir diferencias según género. En el resto de los casos, los síntomas respiratorios pueden ser indistinguibles de los producidos por otros agentes. Si bien es raro, también es posible que se produzcan cuadros graves de bronquitis, crisis asmáticas o neumonía, principalmente en niños escolares y jóvenes.
Esta enfermedad se presenta, generalmente, como una faringitis asociada a tos seca, cefalea, malestar general y fiebre, lo que puede persistir por semanas. Otras veces, se presenta como traqueobronquitis aguda asociada a dolor de pecho, tos productiva, escalofríos, sudoración excesiva y fiebre alta.
Se contagia mediante el contacto con partículas de secreción de la nariz y de la garganta. Los enfermos al toser o estornudar emiten las partículas al ambiente.
Recomendaciones para prevenir la Mycoplasma Pneumoniae
- Lavar las manos frecuentemente.
- Evitar las áreas cerradas y conglomeraciones.
- No fumar.
El especialista sostiene que el Micoplasma Pneumoniae requiere siempre tratamiento antibiótico. Si bien son raras las complicaciones asociadas a bronquitis o neumonía, algunos pacientes pueden requerir hospitalizarse debido a la dificultad para oxigenar o la deshidratación.