Cuando los días están muy fríos y las enfermedades contagiosas abundan, siempre se extreman los cuidados en los menores de edad y en nuestros adultos mayores (AM). Este último rango etáreo sufre con mayor razón las inclemencias del invierno. Bajas defensas, condiciones físicas y, principalmente, su estilo de vida, determinan la gravedad de cualquier enfermedad que se les pueda presentar, como por ejemplo, la neumonía.

La neumonía  es una  inflamación del parénquima pulmonar producida generalmente por agentes infecciosos, como las  bacterias,  virus y hongos.  En el adulto mayor , es  una enfermedad de extremo cuidado pues es una de las principales causas de muerte. Las razones por las cuales esta enfermedad es peligrosa en esta edad se deben a múltiples factores, como la evidente disminución de la elasticidad pulmonar, así como también una menor función mucociliar lo que provoca una disminución de la secreción de mucosidad y alteración del arrastre lo que dificulta la eliminación de partículas y patógenos. A esto se suma a un menor reflejo de la tos. Otro factor que aumenta las probabilidades de padecer neumonía en la tercera edad son las diferentes enfermedades acompañantes o morbilidad. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes, cardiopatías, cáncer, inmunodepresión, malnutrición o el Alzheimer son sólo algunas de las dolencias que influyen en la peor evolución de la neumonía en un anciano.

Por eso, hay que estar atentos a los síntomas más comunes de la neumonía, que son:

  • Tos con una mucosidad amarillenta, verdosa o incluso con sangre
  • Fiebre que puede ser leve o alta
  • Escalofríos con temblores
  • Dificultad para respirar
  • Confusión
  • Sudoración excesiva
  • Dolor de cabeza
  • Inapetencia
  • Baja energía
  • Fatiga
  • Dolor torácico agudo o punzante, que empeora al respirar profundamente o toser.

Diagnóstico y Causas

Pruebas simples pueden confirmar un caso de neumonía en los AM. Un médico puede detectar una infección al pulmón simplemente auscultando al paciente. Una oximetría calcula los niveles de oxígeno de la sangre y se pueden realizar cultivos a la flema para identificar el causante. Una radiografía de tórax o TAC da a menudo el diagnóstico definitivo, indicando dónde está la infección y cuánto se ha expandido.

Aunque la neumonía puede ser causada por más de dos docenas de organismos, en los ancianos es generalmente causada por bacterias o virus. El estreptococo (o neumococo), es la bacteria responsable de cerca de cuarenta mil muertes cada año. Los AM son más propensos a coger esta cepa de neumonía. Puede dañar los pulmones, causar bacteriemia en el torrente sanguíneo y meningitis en el cerebro.

Los virus también pueden desencadenar esta enfermedad y se cree que causa aproximadamente el 50 por ciento de las infecciones de neumonía en la población general. Usualmente, la neumonía viral es menos grave, pero puede dar paso a una neumonía bacteriana.

Tratamiento

Los pacientes son tratados en función de organismo que desencadenó la neumonía. Lo que se puede determinar a través de un análisis de sangre o de flema. Para un caso de neumonía viral, algunos pacientes pueden recibir medicamentos antivirales, pero estos no son comúnmente prescritos. Episodios de neumonía viral se suelen curar sin medicación. Si el paciente hace reposo, come alimentos saludables y toma de abundantes líquidos

La neumonía bacteriana siempre es tratada con antibióticos, que deben ser indicados por el médico. El tratamiento de la neumonía bacteriana se ha vuelto más complicada últimamente debido a la resistencia a los antibióticos: los organismos pueden mutar y volverse resistentes al tratamiento farmacológico. Esta es una razón por la cual es importante que un paciente termine todo su tratamiento, pues interrumpirlo tempranamente aumenta la resistencia de las bacterias.

La mayoría de pacientes con neumonía se curan en casa, pero algunos casos complicados se suelen hospitalizar. Ya sea en casa o en un hospital, se pueden tratar los síntomas como la fiebre, los dolores y la tos con medicamentos. Debido a que la tos ayuda a eliminar la infección pulmonar. Esta acción no suele ser totalmente reducida, por esto es importante muchas veces recurrir a la ayuda de los kinesiólogos para ayudar a estos pacientes a movilizar las flemas, ya sea asistiéndolos en la tos o aspirándoles las secreciones en los casos que su tos sea poco eficiente, en Kineplanet contamos con especialistas idóneos en este área,

Los especialistas también aconsejan que los pacientes de este grupo etáreo reciban cada año la vacuna antigripal. Pues previene la neumonía y otros problemas causados por el virus de la influenza. Además, pueden adquirir la vacuna antineumocócica que reduce considerablemente las probabilidades de contraer neumonía a causa del Streptococcus pneumoniae.

La neumonía es una enfermedad de suma atención que necesita de los cuidados necesarios principalmente de quienes viven con los AM. De esta manera, y si la familia del paciente entiende la gravedad de esta dolencia, se puede mejorar notablemente la calidad de vida de los AM.

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